Romy Rick
Romy Rick
"Sin Bachata no hay Paraíso"
“Soy Romy, soy dominicano y defiendo la bachata”, así se presenta Romy Rick, el cantautor nacido en Baní, una población ubicada al sur de República Dominicana y a 65 kilómetros de su capital.
Como parte de su segunda gira musical por Londres, Romy habló con LITERAL de su música, de su trayectoria y sus proyectos. El cantante llegó a la capital británica para promocionar su sencillo “Me enamoré de ti”, una pieza que comparte con la cantante colombiana Alejandra Santamaría.
En la pieza musical, ambos se complementan con su altos y bajos, pese a sus diferencias tonales. Ya había estado en Londres en el año 2013, cuando recibió el galardón como “Artista Revelación 2013” durante su presentación en el certamen de belleza y simpatía “Miss Latin Britain”.
Romy se dedicó a la música en forma empírica en su ciudad natal y, sin darse cuenta, se convirtió en parte de su vida. “Cualquiera puede decir ‘yo quiero cantar’, pero con el talento se nace.
Se pueden aprender técnicas o truco, como decimos en ambiente musical, pero no todos pueden cantar”, asegura el vocalista.
Sensible, enamorado y sobre todo muy solidario, así se describe Romy, quien ha puesto a bailar bachata, salsa, merengue y otros ritmos latinos a media Europa.
Vivió en Holanda, donde hizo proyectos con orquestas Grupo Randi y Orquesta Fruta Nueva, dos agrupaciones que le dieron la oportunidad de darse a conocer como cantante. Antes había tratado de incursionar en el mundo musical en su República Dominica, donde la competencia es fue férrea.
Se inauguró en las lides merengueras en la legendaria y famosa orquesta los Hijos del Rey, por donde también pasaron Fernando Villalona, Sergio Vargas, Alex Bueno y últimamente Tony Medrano.
Ha recorrido Bélgica, Luxemburgo, Francia y Alemania participando en festivales musicales y poniendo a bailar a más de uno. Regresó a Santo Domingo para empaparse de la riqueza de la bachata y desde entonces se ha dedicado a este ritmo musical.
Se regresó a España y “casi por casualidad” se fue quedando en las Islas Canarias, a las que llama su hogar. ¿Qué le hace radicarse en las Islas Canarias?
Esta parte española tiene ese vínculo con lo latino, que enamora y lo hace sentir a uno como en casa. Por todos lados se escucha, salsa, bachata en todas partes, en los taxis, en las tiendas, en los bares. Allí encontré oportunidades con un empresario colombiano que lo representa.
Pero no solo el ‘vínculo musical el que lo hizo quedarse en la parte más mediterránea de España. Lo “atrapó” una bella rubia eslovaca, Bernadetta, con quien tiene dos hijos. A ella le compuso una canción llamada “Llegó el amor”.
Sus ingresos principales vienen de las presentaciones en público. “Ya casi nadie compra música, porque es gratuita a través de las redes sociales”.
¿Es eso malo?
No diría que malo, pero hace más cuesta arriba el negocio musical. La ventaja es que uno está más en conexión con el público y eso es maravilloso.
¿Por qué insiste en tocar bachata?
Empecé con bachata, pero luego me fui hacia la salsa y el merengue dominicano. Nunca me planteé uno u otro ritmo, simplemente la pasión por la música latina me fue llevando por esos ritmos. Después de idas y venidas, se dio la oportunidad de retomar la bachata. Hoy es lo que toco y lo que defiendo.
¿Ahora qué viene?
Hay un proyecto que estoy trabajando que se llama ‘Sin bachata no hay paraíso’.
¿De qué va el proyecto?
La bachata está cogiendo mucha fuerza. Pero hay una controversia sobre lo que incluye el concepto, que si la bachata erótica, que si la bachata sensual. Pero para mí, no existen diferencias en la bachata. La bachata es bachata y lo erótico se lo pones tú en cualquier ritmo.
¿Qué buscas con el proyecto?
Se trata de una campaña para volver a las raíces de la bachata y promover el ritmo autóctono, tradicional, para que la gente entienda que no hay una sola bachata que es de República Dominica, sin la etiqueta de erótico o sensual.
Romy Rick es un gran Bachatero, un artista de corazón dominicano y alma internacional, y se involucra en proyectos sociales con la humildad de los grandes.
En su ultimo concierto en Fuerteventura compartimos sus últimos trabajos, y en los últimos cinco años hemos trabado una amistad de esas que no se les va la guagua, como el mismo diría. Porque no se olvida a quien se entrega.
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